miércoles, 29 de octubre de 2014

Gabriela Wiener: Nadine Heredia, o cómo se construye una primera dama del siglo XXI

Como quien deja en la alfombra el juguete de un niño gigante, los oficiales han dejado el helicóptero al alcance de la chica que viene hacia ellos alargando sus pasos sobre la pista de aterrizaje. Ella se detiene ante los uniformados nerviosos y rígidos, junta las piernas con fuerza en un gesto cómplice, les da la mano falsamente seria y de un salto se mete en la nave. Como cualquier persona engañosamente pequeña que ejerce alguna autoridad, Nadine Heredia cuestiona la estética del poder desde los márgenes.

Días antes de subirse al helicóptero, Nadine cruzaba con el mismo dinamismo la puerta de una conocida cafetería. Todo en ella es vibración, actividad, discurso. Por eso extraña oírla decir que últimamente anda en modo “perfil bajo”. “Estoy retirada en mis aposentos”, dice sentada en un rincón de nuestra mesa y mirando fijamente el queso frito. La gente se vuelve al verla llegar sin escolta y colocar su humeante blackberry como un arma letal a la derecha de su mano. A los pocos minutos ya hay un paparazi fotografiándola desde la calle. “¿Quién es ese?”, exclama ella con sonrisa ratonil. “Ya nos han visto”.
¿Quién es Nadine Heredia? Es la primera dama de Perú, una nación que es pieza clave en la reconfiguración política y económica de América Latina, un espacio político que funciona como bisagra entre la economía liberal y el discurso “social”, entre Santiago de Chile y Caracas. Y es también la persona más poderosa del país, según las últimas encuestas: Nadine está unos puntos por encima de su propio marido, el presidente Ollanta Humala, un exmilitar que se levantó contra la dictadura de Fujimori y que para ser elegido constitucionalmente años después tuvo que firmar un acta de juramento en defensa de la democracia, que ha cumplido hasta ahora. Humala llegó en pleno “milagro económico” –durante sus dos primeros años de Gobierno la economía creció un 6,3% y un 5,9%, respectivamente–, pero se enfrenta ahora a una primera desaceleración.
Para los peor intencionados, en poco tiempo Nadine habría convertido a ese hombre en el primer caballero de la presidenta. Esta mañana, Samín, su hijo de tres años, al verla con una camisa de corte varonil, le ha preguntado por qué se pone la ropa de papá. Nadine se ha reído un buen rato. Hasta recordó las caras de algunos de sus adversarios, los que la acusan de querer suplantar a su marido, pero enseguida, me cuenta, ha vuelto en sí para explicarle al niño que esa es su camisa, la camisa de mamá, aunque tenga cierto estilo masculino. Al final, antes de salir desde su casa hasta el Palacio de Gobierno ha decidido ceder un poco y darse un toque femenino con una torera negra.
Humala, de espaldas, recibe el aplauso de su esposa durante un desfile militar en 2013 en Lima. / CRIS BOURONOCLE (GETTY)
¿En qué espejo se mira Nadine Heredia? Una de las líderes de la oposición, la conservadora Lourdes Flores Nano, alertaba en su momento “de esta suerte de posible kirchnerismo, de primero estoy yo, después vienes tú, y ya nos acomodamos. Hay una sensación de que esta pareja es la que va a conducir el Perú”. Los casos más visibles de “parejas políticas” en el continente son, en efecto, el de los Clinton en Estados Unidos y el de los Kirchner en Argentina. La diferencia es que tanto Hillary como Cristina forjaron una carrera política propia antes de llegar al poder como consortes, mientras que Heredia carecía completamente de experiencia política hasta que en 1996 conoció a su marido. Para Fernando Rospigliosi, exministro del expresidente Alejandro Toledo, los Humala intentaron el esquema Chávez, pero como Ollanta no es un líder carismático, terminaron apostando por el de los Kirchner. “Néstor era mejor que Cristina, pero en este caso Nadine es más capaz que Ollanta, sin ser una luminaria como ella se cree. Por eso ha tenido un papel preponderante en el Gobierno”. Nadine Heredia ha sido clave en este giro del socialismo filochavista al pragmatismo liberal.
“Cuando Ollanta llegó a la presidencia”, dice ella casi susurrando, “no pensé en cómo ser una buena, bonita primera dama, sino en cómo iba a ayudarlo a cumplir con sus objetivos. Me puse a trabajar para visibilizar las cosas que él estaba haciendo bien”.
No todos leen sus labios desde la sospecha. El periodista Gustavo Gorriti, expresidente del Instituto Prensa y Sociedad, cree que la influencia de Nadine es positiva. “¿Es malo que la esposa de un presidente tenga influencia sobre él? No necesariamente. Todo presidente está rodeado por asesores y algunos de ellos pueden llegar a tener una extraordinaria influencia sobre sus decisiones. Hay ocasiones en las que la esposa es precisamente la asesora de mayor confianza”. Pero a Nadine Heredia no parece satisfacerle el simple papel de consejera de su marido.
La suya es más bien una carrera de fondo contra el modelo tradicional de primera dama, un título con el que, por otro lado, nunca estuvo de acuerdo. “Yo siempre quise ser llamada primera servidora, pero es difícil cambiar una idea una vez que está internalizada”. Se trata, pues, de reinventar un concepto y con ello, quizás, una idiosincrasia. A veces, para cambiarlo todo, hay que empezar por cambiar a un solo hombre, aunque este sea el presidente de la República.
¿Cómo se fabrica una primera dama del siglo XXI? Responde el publicista y escritor Gustavo Rodríguez: “Para naciones con raigambre machista, pero en las que la mujer ha alcanzado espacios que no tenía hace 40 años, es importante apuntar a ser más Michelle Obama que Hillary Clinton: la fantasía de mujer empoderada, pero que no corre el riesgo excesivo de hacerle sombra al esposo. El drama y el triunfo de Nadine Heredia es justamente que es una mujer con mayor manejo político que Humala y, en ese combo 2×1, mientras más ganadora se muestre más suspicacias levanta”. En este escenario no es difícil aventurar un resumen que escuece a la clase política local: Nadine se sueña Bachelet, intenta comportarse como una Michelle andina, pero actúa como Clinton.
Nadine es más capaz que Ollanta, sin ser una luminaria como ella se cree”
Antes de dejar el cargo, el expresidente Alan García eliminó el despacho de la primera dama. Humala promulgó un decreto ley para que dentro del despacho presidencial haya un espacio para Nadine Heredia y su equipo, en el ala Este del Palacio de Gobierno de Lima. En una entrevista, poco después de ganar las elecciones, una periodista le preguntó al presidente Humala si Nadine tendría un cargo y un despacho con presupuesto propio. “Ella tiene un cargo y un despacho con presupuesto propio”, contestó: “Madre de familia, con presupuesto para su hogar y un despacho en Fernando Castrat, 195, Chama, Surco, nuestra casa. Y en su tiempo libre nos ayudará en los temas sociales”. Nadie, ni siquiera Humala, siendo absolutamente sinceros, se creyó esa declaración.
La primera dama del siglo XXI es confidente, asesora, colaboradora, apoyo y cable a tierra del presidente. Es también coach, relaciones públicas, presidenta del partido de Gobierno y cómplice en la idea casi romántica de que este ejecutivo pase a la historia por sus reformas. “Todos los días hablan de mí. Si puedo hacer las cosas con perfil bajo lo hago, pero aun cuando no hago nada, no digo nada, todos los días hablan de mí”, dice con una taza de café en la mano, antes de ser interrumpida por una mujer que le pide un selfie.
Nadine Heredia reúne cualidades suficientes para alimentar por sí sola el culebrón de la política nacional. El último año ha sido durísimo. “Mi problema es que soy franca”, dice. YouTube está plagado de una serie de equívocos protocolares que no han hecho más que alimentar el recelo de muchos: vídeos de Nadine colocándose siempre a la derecha del presidente de Perú (el protocolo manda que sea el jefe de Estado el que vaya a la derecha), vídeos de Nadine hablando de “sus” ministros, vídeos de Nadine dando órdenes, pidiendo silencio. En contraparte, la imagen del presidente ha sido la de un marido apocado ante una esposa con carácter.
Hace unos meses, el ex primer ministro de Perú César Villanueva declaró haber renunciado a su cargo por la intromisión de Nadine Heredia. Hoy, se reafirma en su denuncia y añade: “La intención de colaborar con el presidente es natural en Nadine, pero hay que diferenciar su papel como primera dama de su trabajo como presidenta del Partido Nacionalista. Si no no se sabe dónde empieza uno y dónde acaba el otro. En Nadine hubo y hay ansiedad política”.
Para Juan Jiménez Mayor, otro ex primer ministro de Humala, todo tiene que ver con una campaña contra el Gobierno: “Lo de Nadine es una de esas formas que usan los adversarios para apuntar directamente a Humala y afectarlo en su conexión con la gente, usando las fibras del machismo más retrógrado”.
Nadine Heredia, entre Hillary Clinton (a la izquierda, cuando era secretaria de Estado de EE UU) y Michelle Bachelet (hoy de nuevo presidenta de Chile). / ERNESTO BENAVIDES (GETTY)
Lo cierto es que el proyecto político de Humala no brota de un partido, sino de una pareja. Heredia no lo esconde. Su alianza matrimonial está atravesada por la idea de país que ambos compartieron, el poder es solo una de las consecuencias de ese encuentro. “Los dos hemos luchado como pareja, juntos hicimos el partido, la campaña codo a codo y hemos logrado las cosas que nos propusimos”. Dice Nadine que eso no le sentó bien a la clase política. “Creyeron que yo estaba haciendo campaña para mí. El señor García se inventó lo de la reelección conyugal imagino que por celos políticos. A mí jamás se me había pasado por la cabeza. ¡Me pidieron que me deslindara de algo que nunca había dicho ni pensado! Esto que es tan fácil de decir y de sentir no lo entienden los políticos”. Nadine habla de los políticos como si ella misma no fuera de su clase. “No soy de izquierda ni de derecha. Soy una pragmática. Soy de las que han venido a este mundo a resolver”. Paradójicamente, es precisamente ese pragmatismo, esa falta de respaldo intelectual, lo que hace que las acciones de este Gobierno proyecten una idea de informalidad, que se ha visto en los últimos “bailes ministeriales”. En contraparte, a la pareja se le reconoce una defensa cerrada de los valores democráticos y un espíritu nacionalista más cercano a un idealizado “amor por Perú” que a las estatizaciones de sino “bolivariano”.
Días después de nuestro primer encuentro, aterrizamos en el aeropuerto de Tarapoto, al norte de Perú, en el avión presidencial, junto al viceministro de Agricultura y el representante de la FAO. Desde ahí, un helicóptero nos traslada hasta Chazuta, al margen izquierdo del río Huallaga, donde el Gobierno de Perú emprendió un programa para incorporar a un grupo de mujeres excocaleras al cultivo del cacao. La primera dama del siglo XXI viste unos jeans, blusa blanca y zapatillas, el sencillo y calculado atuendo para ir sobre el terreno, con el que se mezclará hasta casi confundirse con el pueblo. Sobre la mesa descansa toda la prensa del país que suele leer con un café amargo y que alterna con brevísimos chats por WhatsApp con el presidente.
A la pequeña Nadine su padre la llamaba “negra del alma”, como la letra de su huayno ayacuchano favorito. Don Ángel era un hombre provinciano que se había pagado la universidad con su trabajo de obrero. A su única hija le gustaba hacer pulsos con sus dos hermanos varones, Ilan y Ángel, y con sus primos cercanos. Todos eran hombres en la familia. Ángel recuerda que Nadine entrenó para ganarles y que un día lo consiguió. “Tenía mucha fuerza para su edad. Creo que era una manera de afirmarse en un mundo masculino”.
Pero ni en todos sus entrenamientos previos Nadine pudo sospechar que iba a tener que medirse con uno de los viejos zorros de la política peruana. El expresidente Alan García fue el primero en hablar de la “presidenta-candidata” y de “reelección conyugal”. “Hay una sensación de desgobierno muy grande y parte de eso se debe al protagonismo de la esposa del presidente, cuyo derecho a opinar yo lo defiendo, en tanto no signifique el uso de recursos o de tribunas públicas para fomentar una candidatura”, lanzó García. En el recuento de daños, la imagen de Nadine salió perjudicada. Aunque no debe haber hombre más fácil de atacar en Perú que el líder del APRA, la inexperiencia en polémicas políticas jugó en contra de los Humala.
Por mucho que Nadine se esfuerce en negar sus aspiraciones, sigue en el ranking de intención de voto, aunque los favoritos son nuevamente Keiko Fujimori –la hija de Alberto, la cabeza de la trama de corrupción más grande de la historia peruana, al que se teme ella indulte solo al llegar– y el propio Alan García –aún investigado por delitos de corrupción–. En una encuesta reciente los peruanos afirmaron que apoyarían a un candidato que “roba pero hace obra”. Un panorama siniestro.
La primera dama peruana saluda a varias personas durante una visita a la selva en el norte de su país. / ERNESTO BENAVIDES (GETTY)
No todos son de la misma opinión, por supuesto. Mario Vargas Llosa es uno de los principales valedores de la primera dama: “Me gustaría que Nadine Heredia sea la candidata de 2021”, ha declarado. “Creo que ya es hora de que el Perú tenga una presidenta mujer. Y creo también que ella tiene condiciones magníficas para serlo”. El entusiasmo del premio Nobel no es nada desdeñable teniendo en cuenta que el programa de Gobierno original de Humala estaba en las antípodas del ideario liberal del escritor, y que este solo accedió a manifestarle su “apoyo vigilante” ante el peligro inminente que representaba el retorno al fujimorismo encarnado en la hija del exdictador.
Nadine come poco y se queja de una contractura en el cuello. Girarse a la izquierda le causa dolor. Casi tanto como volver a escuchar del tema de su supuesta candidatura.
–¿Entonces no?
–La reelección no está en nuestra agenda. Yo respeto la ley.
–Mi abuelo, por ejemplo, votaría por usted en 2016. Porque tiene 97 años y le corre prisa. Pero si le diera tiempo votaría también en 2021.
–Agradezco el cariño de la gente, pero nadie es imprescindible. No me creo superwoman. No me postularía en 2016 ni siquiera si tuviera el 70% de aprobación.
–Le voy a plantear algo apocalíptico. ¿Sería capaz de competir en 2021 con su marido? Bueno, quizá para eso tendría que divorciarse…
–No, soy leal a Ollanta. Incluso si hubiera una posibilidad para el Partido Nacionalista en 2021 yo volvería apoyar a mi esposo.
–¿Y él la apoyaría si las cosas cambiaran para usted, para él, para todos?
–Es que el líder es él...
–Entonces todos los que piensan que la líder es usted están engañados, Vargas Llosa, incluso mi abuelo.
–Es que el tándem funciona de determinada manera o no funciona. Él es el hombre de las plazas, el que articula los discursos. Yo me encargo de tareas más administrativas.
“Ella tiene un cargo: madre de familia con presupuesto para su hogar”, dijo Humala
Es divertida, habla como cualquier treintañera –tiene 37–, usa palabras que ya han pasado a la historia para las nuevas jóvenes, como “mostro”, “paja”, “bacán”. Y también algunas heredadas de sus abuelas como “muchachito de miércoles”. La primera dama de Perú del siglo XXI es alguien que usa Twitter con soltura y temeridad, alguien que bromea, que sabe lo que es un meme. En otros momentos se ve mucho mayor de lo que es. En equilibrio consigo misma y en un permanente estado de autocontrol que dejaría exhausto a cualquiera.
Al descender, los pobladores de Chazuta se agolpan para verla: “¡Nadine, Nadine, Nadine!”, la llaman. Ella los saluda con la mano en alto y mostrando su célebre sonrisa. Cierto es que cualquiera se cree Madonna en los olvidados pueblos de Perú. Heredia lo sabe bien. Durante la campaña electoral, los esposos acumularon muchas millas dándose a conocer. El primer viaje que hicieron como presidente y primera dama, después de visitar los pueblos de sus padres, fue a una raquítica comunidad andina a 5.000 metros de altura. A Nadine no le costó demasiado. Se había pasado su juventud recorriendo el país como catequista.
“¡Vamos, ánimo!”, dice con sorna, viéndome desfallecer y dejándome atrás, casi sin aliento. Ella, en tanto, sigue en su derroche de energía y agilidad saltando lomas, esquivando charcos y llevando muy bien el baño de multitudes. El recorrido sigue un guion preestablecido, del que ella se sale cada dos por tres, ya sea porque una mujer la invita a su casa u otra le ruega que se lleve a su niña enferma a un hospital de Lima. Nadine accede a todo. El recorrido es frenético. Al llegar al centro de acopio se ve el río Huallaga en toda su inmensidad. Una pequeña embarcación lo cruza de un extremo a otro. La televisión del Estado capta el momento en que la primera dama recibe a las señoras del bote y las ayuda a trasladar su carga de cacao. Ya en la cocina, las mujeres reciben a su líder con cánticos. La primera dama prueba con un dedo el chocolate. En unos minutos dará su discurso en la plaza del pueblo.
Vestida como una chazutina típica, coge el micrófono y se acerca a la multitud. Aunque durante todo el viaje ha intentado convencerme de que Humala es el que sabe llegar a las masas y ella es solo la mujer que apaga los incendios, hoy la plaza es toda suya. Nadine Heredia está aquí para felicitarlos por haber dejado atrás el cultivo de coca. Pero su discurso va tomando otra deriva. “No es lo único que ha cambiado. Lo veo también en la actitud de los varones. Hace un momento me cantaban las agricultoras: ‘Las mujeres ya despertaron’. Y yo pensaba: ‘¿Las mujeres despertaron o será que los hombres despertaron y comienzan a valorar a las mujeres que tienen al lado?”.
¿Qué intenta Nadine? Su sola existencia cuestiona un modelo de mujer, y estas se ven reflejadas en su liderazgo, pero ahora astutamente se dirige también a los hombres, como agentes de ese cambio necesario no solo en Perú, también en una Latinoamérica paradójica: este loco continente tiene los índices más altos de maltrato a la mujer, pero a la vez presume de presidentas, como Michel Bachelet, Dilma Rousseff o Cristina Kirchner. Nadine es como la vecina nueva del barrio.
Nadine Heredia, durante una visita a una comunidad que vive en la selva al norte de su país.
Los varones del pueblo se miran entre sí. Ella continúa: “¿Será que los hombres comenzaron a ver lo que puede dar su compañera, lo que puede contribuir a la productividad de su propia familia? Ese trabajo en equipo es lo que los hace grandes. Estoy orgullosa de las mujeres de Chazuta”. Más aplausos.
Cuando le pregunto si es feminista, me sale con lo de que no cree en las etiquetas. Desde el progresismo le reprochan a Heredia que se haya mostrado “a favor de la vida” (respecto al aborto) o que diga “el matrimonio es otra cosa” (sobre la unión civil entre personas del mismo sexo, que sí apoyó). En Perú decir lo contrario en voz alta puede significar la ruina para un político. Sigue siendo uno de los lugares más conservadores de América Latina. Y es posible que Nadine confíe en lograr más cambios sin inmolarse. Quizá su trabajo sea más sutil de lo que se piensa y su guerra más silenciosa: asesorando en la trastienda al presidente en los temas de igualdad. No puede reprimir su orgullo por haber colaborado en la idea de un gabinete con una presencia femenina potente, lo mismo en la elección de los perfiles directivos y en las propuestas legislativas, trabajando por la visibilidad de la mujer en el Gobierno, aunque su suegro, el radical Isaac Humala, diga que es “para colocar a sus amigas” y que deberían quedarse en su casa jugando a las cartas.
¿Tiene Nadine un futuro político propio? Para muchos en realidad aún no ha hecho nada demasiado en serio. “Su acción es la de un complemento (o un predicado, si quieren) del presidente Humala, no ha construido un protagonismo propio”, señala el periodista Gorriti. “Pero con el nivel deprimente de políticos que padecemos, las posibilidades son más amplias y las potenciales sorpresas también”.
De vuelta en el avión presidencial, Nadine recarga batería. A punto de llegar a Lima, sigue impertérrita. Como si no hubiera estado en la selva hace un momento dando un discurso seudofeminista. Una de las sátiras más extendidas es la que la muestra llamando a su marido por el apelativo amoroso de “cosito”. Así, el fiero militar se vuelve un osito de peluche. La mujer ha “cosificado” al hombre. Y, sin embargo, Heredia asegura que no pasaría por encima de él porque está “partidirizada”. “Él es mi líder”. Suena conservador. Los peruanos son machistas. Humala no será la excepción.
–Hoy lo es mucho menos, porque tiene dos hijas y una mujer que no es machista. Y más adelante lo será aún menos. Constata cada vez que no tiene fundamento ser machista. Muchos hombres están abrumados, porque la torrecita que les formaron en casa se les ha derrumbado. Para ellos es chocante al principio, pero luego aprenden a reconocer que nosotras podemos hacerlo igual de bien o incluso mejor.
¿Han despertado las mujeres o son los hombres quienes ahora las valoran?”
Asumir que Nadine opine, que incida, y que en muchos sentidos influya en las políticas de Estado ha sido duro para el presidente de un país “macho” como Perú.
–Me han agarrado de punto… Lo de “cosito”, por ejemplo. ¿A qué hombre en el Perú no le ofendería que le dijeran algo así? –sigue Nadine–. Hablamos mucho sobre eso. Sabemos perfectamente por qué lo hacen. Como me decía el otro día alguien: “Nadine, todos los ministros deberían salir con una camiseta que diga ‘todos somos cosito’. (risas).
¿De quiénes estaba hablando Nadine en esa plaza? ¿De los hombres de Chazuta o de Ollanta Humala? ¿De los ministros, de los congresistas o de los hombres de su partido, de los machistas, de los misóginos peruanos? ¿Hablaba de estas señoras chocolateras o de ella misma, de las ministras, de las mujeres líderes, de lo que quiere para sus hijas? ¿Hablaba del trabajo en equipo de los chazutinos o del dichoso tándem de la pareja presidencial?
–¿Le interesa la posteridad?, le pregunto antes de aterrizar.
–¿A mí? No, porque no va a quedar nada, ni tampoco importa qué hice yo. Me interesa que no se olvide lo que este Gobierno está haciendo.
Juntos. La chocolatera del Gobierno y el hombre que despierta.

martes, 28 de octubre de 2014

Elena Poniatowska: "Regrésenlos"

Hoy, domingo 26 de octubre, a un mes de la ausencia de los 43 muchachos desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa por la Policía Municipal de Iguala, Guerrero reclamamos aquí en el centro del país, en la capital de México, la presencia de los muchachos y pedimos a cielo abierto y en voz alta: “Regrésenlos”. 

La Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero es muy pobre pero es el único lugar donde los que nada tienen pueden recibir una educación superior gratuita. Es la única opción de los campesinos que han escogido ser maestros rurales. Las habitaciones de los estudiantes de la Normal evidencian la miseria, el abandono de los muchachos. Su comida también. Cuando a uno de ellos le sirvieron leche exclamó que era la primera vez que la veía y sonrió al decir que le gustaba. Así como la leche, son muchos los alimentos que los chavos desconocen. Sus camisetas, sus mochilas, sus suetercitos recargados en los muros de su cuarto vacío, sus utensilios de plástico, todos son prendas de pobre.
Ya es hora de que en México hablen los pobres, ya es hora de que los ciudadanos se manifiesten por encima de los partidos. Ya es hora de que seamos consultados. Ser consultado es un derecho político que demandamos desde hace mucho tiempo los habitantes de los 32 estados de la república. Somos miles los mexicanos que no nos sentimos representados, miles los mexicanos que queremos una democracia participativa, miles de mexicanos que levantamos la voz y pedimos ser tomados en cuenta en los asuntos públicos, sobre todo en los de trascendencia nacional como es nuestro futuro energético. Los grandes temas nos conciernen pero conciernen sobre todo a los jóvenes porque además de ser el futuro tienen que mantenerse vivos. Sin ellos simplemente no hay país. Así como se dice “Sin maíz no hay país”, sin los jóvenes no hay nada.
El pasado miércoles 23 de octubre en una marcha que NO convocó un solo partido, los ciudadanos se organizaron solos e inauguraron una protesta ejemplar, absolutamente fuera de serie. La marcha resultó cinco veces mayor que la consignada por los medios: 350 mil personas, un río de gente seguía entrando y abarrotaba las calles aledañas al zócalo de por si lleno a reventar. La multitud protestaba contra el crimen de Ayotzinapa, un crimen de lesa humanidad. Los estudiantes fueron cazados, sometidos a la tortura hasta la muerte, a la desaparición forzada, a ejecuciones arbitrarias y ahora los culpables quieren librarse de su responsabilidad acusando a los jóvenes y buscan criminalizarlos al querer ligarlos al cartel de “Los Rojos” o a “Guerreros Unidos”. No se vale desviar la investigación de los hechos y deslizar en conferencias de prensa que se trata de un enfrentamiento entre cárteles. Tampoco se vale implicar a los muchachos en grupos guerrilleros. El “caso Iguala” es una mancha atroz en la vida oficial y política de nuestro país ya de por sí hundida en el lodo.
El periodista París Martínez se preocupó por levantar con amigos y familiares perfiles de los estudiantes. Es justo, a pesar de que solo podamos hacerlo con unas cuantas líneas, que recordemos a cada uno y por eso les pido que después del nombre y la descripción de cada muchacho digamos todos al unísono: “Regrésenlo” así como en la Guardería ABC en Hermosillo cuando la muerte de 49 niños y 76 heridos, el 5 de junio de 2009 dijimos “Presente”, el nombre de cada niño. 
1. Jhosivani Guerrero de la Cruz, de 20 años, de Omeapa delgado, de cara espigada, de ojos rasgados apodado “Coreano” camina 4 kilómetros de ida hasta la carretera para tomar el transporte y cuatro de regreso porque quiere ser maestro de primaria en su tierra Omeapa.
2. A Luis Ángel Abarca Carrillo, de 21 años, de la Costa Chica, de San Antonio, municipio de Cuautepec lo apodan Amiltzingo. Muy cariñoso, es miembro de la “Casa Activista” en la que los normalistas pueden inscribirse para recibir formación política. Allá adentro resuena el nombre de Lucio Cabañas. Los ricos de Guerrero consideran revoltosos a los normalistas porque el héroe al que buscan imitar es el guerrillero Lucio Cabañas que también fue maestro.
3. A Marco Antonio Gómez Molina, de 20 años apodado Tuntún de Tixtla le encantan las tocadas de rock, le gusta mucho “Saratoga”, “Extravaganza”, “Los Ángeles del Infierno”. También él es compañero que siempre hace reír de la Casa Activista.
4. A Saúl  Bruno García, de 18 años lo conocen como Chicharrón, y es “desmadroso”, es de los que trata de hacerte reír hasta donde más, muy bromista y amistoso. Es de Tecuanapa y le falta el dedo anular de la mano izquierda porque se lo mordió el molino cuando hacia la masa. Saúl Bruno García rapó a todos los de la “Casa Activista”. Un compañero tenía fotos del momento de la rapada en su celular, pero los policías se lo quitaron.
5. Jorge Antonio Tizapa Legideño, de Tixtla tiene 20 años –dice su mamá–, y tiene un hoyito en la mejilla izquierda. Le gusta trabajar en el campo sembrar granos y hortalizas porque nunca alcanzan los recursos del gobierno estatal para los 500 estudiantes.
6. Abel García Hernández, de Tecuanapa es un niño campesino de 19 años, tiene una mancha atrás de la oreja derecha, es flaquito y mide 1.62 de altura.
7. A Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, de 19 años lo bautizaron como “el Frijolito” y es de la Costa. Parlanchín, siempre está dispuesto a ayudar a las personas”. “El Frijolito” fue el primero en ponerse de pie para donar su sangre cuando la pidieron en Tixtla para un enfermo.
8. Adan Abraján de la Cruz, de 20 años, campesino, es del Barrio de El Fortín, en Tixtla, un pueblo que cuida la Policía Comunitaria. Es del equipo de futbol de los Pirotécnicos de El Fortín, sus amigos lo consideran buen futbolista…
9. Felipe Arnulfo Rosa, campesino es de un rancho del Municipio de Ayutla y tiene 20 años. Se cayó de espaldas siendo chiquito y tiene una cicatriz en la nuca.
10. A Emiliano Alen Gaspar de la Cruz, lo bautizaron como “Pilas”, por inteligente. “No echa relajo, es sereno y razona mejor que otros, le gusta tener todo en su lugar”. Emiliano fue uno de los 20 alumnos de primer ingreso que, hace dos meses se inscribieron en la Casa Activista. Diez miembros de la Casa Activista se encuentran entre los 43 normalistas secuestrados el 26 de septiembre.
11. César Manuel González Hernández, de 19 años es de Huamantla, Tlaxcala, desmadroso, tiene el apodo de “Panotla”, pero también le dicen “Marinela”, porque una vez, en Jalisco, se llevó la camioneta de la empresa que hace pastelitos.
12. Jorge Alvarez Nava, “el Chabelo” de 19 años es del municipio de Juan R. Escudero, Guerrero, tiene una cicatriz en el ojo derecho y es tranquilo. Nunca alburea a nadie, nunca dice una grosería y su paciencia hace que nunca le falte al respeto a nadie. Es uno de los más sensibles de la Casa Activista... Sus padres aguardan en la cancha deportiva de la Normal de Ayotzinapa y se abrazan al hablar de él.
13. José Eduardo Bartolo, Tlatempa, de 17 años es de Tixtla, estudiante de primer año de la Normal Rural. Su padre es albañil de oficio y espera que su hijo sea profesionista.
14. Israel  Jacinto Lugardo, de 19 años es de Atoyac, y sus amigos lo apodan “Chukyto”. Su mamá sostiene un cartel con el rostro de su hijo y lo exhibe ante los automovilistas, durante la toma de la caseta de Palo Blanco, en la Autopista del Sol. “Él es medio robusto, tiene una cicatriz en la cabeza. Su piel es morena clara, su nariz media chata. Es un buen muchacho, se vino con mucha ilusión a estudiar.
15. Antonio Santana Maestro, apodado Copy porque habla muy bien en público, es reconocido en la Casa del Activista a la que acuden los otros jóvenes. El Copy toca la guitarra, también le gustan los videojuegos, juega con el PSP… pero lo que más le encanta, es la lectura…”
16. Christian Tomás Colón Garnica, de 18 años de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca. Su papá viajo desde su tierra apenas se denunció el rapto de los 43 jóvenes normalistas. “Yo soy jornalero, gano 600 pesos semanal, máximo, y eso cuando hay, porque a veces no hay trabajo. Mi muchacho quiere ser maestro esa es la profesión que él quiere, pero lo frenaron, lo detuvieron… ¡¿Qué vamos a hacer?!”
17. A Luis Ángel Francisco Arzola, de 20 años, sus compañeros normalistas lo conocen como “Cochilandia”, pero nadie sabe por qué. Llegó con el apodo. Es un chavo serio, trabajador, y aquí lo estamos esperando y queremos que él sepa que no vamos a parar hasta encontrarlo”.
18. Miguel Ángel Mendoza Zacarías, de Apango, municipio Mártir de Cuilapa  tiene 23 años, y sus compañeros consideran que el “ya es grande”. Ellos tienen entre 17 y 20 años. En su pueblo, Apango, era peluquero para salir adelante. Es un chavo bajito, “chido” según sus cuates porque los apoya, da consejos, da todo a cambio de nada. Cuidaba a sus papás y a sus hermanos. Vino a la Normal en el mismo asiento del autobús con un compañero “pero empezaron los balazos y desafortunadamente él corrió para un lado y yo para otro, a él lo arrestaron los policías de Iguala, yo logré escapar, pero desde entonces no lo encuentro…”
19. Benjamín Ascencio Bautista, de 19 años, a quién le dicen “comelón” porque un día se acabó solo todas las galletas en una mesa durante una conferencia es originario de Chilapa. Antes de ingresar a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa  fue educador comunitario del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE). Se prepara a voluntarios para alfabetizar en poblaciones marginadas, aisladas, rurales e indígenas de todo el país.
20. Alexander Mora Venancia, de 19 años y proveniente de “El Pericón”, municipio de Tecuanapa, Guerrero, nadie le podía quitar la idea de ser maestro. Le gusta dar clases. Primero ayudó en el campo pero quiso estudiar… “Y yo le exijo –dice su padre- a la autoridad que haga su trabajo como debe ser, que no tape a los culpables de la masacre que cometieron los policías de Iguala y su presidente municipal. Así como vivos se los llevaron, quiero que vivos los regresen…”
21. Leonel Castro Abarca, campesino de la comunidad de “El Magueyito”, municipio de Tecuanapa, no tiene apodo y para sus amigos “es una persona seria, pero con sentido del humor. Sueña con ser maestro, para sacar a su gente adelante.
22. Everardo Rodríguez Bello, de 21 años es originario de Omeapa. Lo conocen como El “Shaggy” porque se parece al de Scooby Doo. Técnico en mecánica automotriz desde el CONALEP se enoja mucho con la desigualdad sobre todo cuando se trata de comida: si a ti te dan seis tortillas y a él cinco, protesta.”
23. Doriam González Parral, de Xalpatláhuac, Guerrero tiene 19 años. Es chaparrito y “se ve como un niñito”, “y por eso le dicen “Kínder”. Causa mucha gracia cuando echa relajo.  Tiene un hermano en la Normal… Los hermanos entraron juntos, es notoria su fraternidad y los dos fueron secuestrados juntos…”
24. Jorge Luis González Parral de 21 años, es el hermano mayor de Doriam, el Kínder, es un compañero serio que ha trabajado en diferentes taquerías y aunque le gustaba quería progresar y escogió ser maestro igual que Kinder su hermano. Su apodo es “Charra” porque tiene una cicatriz en la pierna como si se la hubiera hecho con una charrasca…”
25. Marcial Pablo Baranda,de 20 años habla una lengua indígena y quiere ser maestro bilingüe al lado de otros maestros bilingües que vienen de pueblos todavía más pobres. Es bajito, buena onda,  primo de Jorge Luis y Doriam y sus amigos lo apodan “Magallón”, porque su familia tiene un grupo musical tropical con ese nombre que canta canciones de su tierra la Costa Chica. Se la pasa cantando cumbias y toca la trompeta y las tarolas.
26. Jorge Aníbal Cruz Mendoza, de Xalpatláhuac, también es de la banda de los Kínder, a él le dicen “Chivo” y es serio y aunque se lleva bien con todos casi no echa desmadre…”
27. A Abelardo Vásquez Peniten, originario de Atliaca, Guerrero, le gusta el futbol. En un partido hace poco metió muchos goles… Nunca echa desmadre, se da a respetar porque nunca le falta al respeto a nadie ni anda criticando. Además del futbol le encanta estudiar porque agarra un libro y agarra otro y otro, y otro.”
28. A Cutberto  Ortíz Ramos de Atoyac le dicen “El Kománder” porque tiene cierto parecido con el cantante de corridos norteños. Tiene una mirada muy fuerte, es robusto, alto, amigable, responde de buena manera. En los campos de cultivo de la escuela le echa ganas… Y le encanta contar un chiste de Bob Esponja, se ríe e imita a la perfección la risa de Bob Esponja…”
29. Bernardo Flores Alcaraz, campesino, tiene 21 años y en su pecho un lunar como una manita de gato… Tiene mucha ilusión de ser maestro y de ayudar a los niños y a los señores adultos que no saben leer ni escribir. En el campo hay mucha gente rezagada en educación y su ilusión es enseñarles…Los 43 normalistas salieron a recabar fondos para hacer sus prácticas, no se vale que les trunquen su vida y los dejen tirados en su sangre…
30. Jesús Jovany Rodriguez Tlatempa de Tixtla apodado el Churro de 21 años es el mayor de cuatro hermanos y “el único apoyo de su mamá” según su prima quien marchó durante cinco horas manteniendo en alto una pancarta con su retrato. Lo invitaron a la jornada de boteo del 26 de septiembre. Es un muchacho sumamente noble que mantiene a una sobrina de un año porque su hermana es mamá soltera y funge como figura paterna. Su prima reclama con furia su presentación así como pide justicia para los muchachos de Tlatlaya en el estado de México que son muchos.
31. Mauricio Ortega Valerio de Matlalapa o Matlinalpa cerca de “La Montaña” 18 años es apodado “Espinosa” porque cuando lo raparon – tradición en la Normal de Ayotzinapa para los alumnos de primer ingreso– le salió cierto parecido con Espinosa Paz, el cantante.
32. A Martín Getsemany Sánchez García de Zumpango, de 20 años, a quién le gusta jugar futbol y le va al Cruz Azul, toda su familia lo busca. Tiene ocho hermanos y durante la marcha del miércoles 22 en Chilpancingo, sus familiares llevaron una manta con su fotografía.
33. Magdaleno Rubén Lauro Villegas de 19 años, conocido como El Magda, es un compa tranquilo y noble que estudia para convertirse en maestro bilingüe, para para dar clases a los niños indígenas que no hablan español…”
34. Giovanni Galindo Guerrero de 20 años conocido como el Espáider, “porque es flaquito y tiene su propio estilo para correr y brincar como si se estuviera colgando de las telarañas igual que el “Hombre Araña”…”
35. A José Luis Luna Torres de 20 años de Amilzingo, Morelos, sus cuates le dicen Pato, porque se parece al Pato Donald y tiene voz de pato. Es serio, tranquilo, siempre te habla bien, es buena onda, pero es callado y no echa mucho desmadre.
36. Julio Cesar López Patolzin de 25 años de Tixtla “no tiene apodo. Le dicen simplemente “El Julio”. Es buena onda el bato pero calladito, no echa mucho relajo, solo se lleva con unos pocos pero siempre es agradable…”
37. A Jonás Trujillo González de la Costa Grande del Ticuí municipio de Atoyác de Álvarez le dicen Beni porque su hermano también está en la Normal de Ayotzinapa pero en segundo año y él se llama Benito… Por lo tanto ellos son los Benis… Es alto, gordito y se lleva muy bien con su hermano. Los dos son muy parecidos, aunque el menor es más alto y más clarito de piel…”
38. A Miguel Ángel Hernández Martínez, de 27 años lo apodan “Botita” porque a su hermano mayor quien también estudia en la Normal le dicen “El Bota” y a él , en automático, le pusieron “el Botita” aunque es de estatura media y gordo, nada desmadroso, siempre amigable, sano, no pesado: No es alburero, es buena onda de echar la mano, pendiente de los demás, un chavo muy solidario con todos, que en la clase le explica al profe y le hace el paro…”
39. Christian Alfonso Rodríguez de 21 años, de Tixtla anhela ser maestro y le gusta la danza folclórica. “A él le dicen “Hugo” porque siempre usa playeras de Hugo Boss. Su primo en la marcha del miércoles 22 se quedó ronco de tanto explicar: “No solo es mi primo, es mi amigo… es una persona muy aplicada, muy dedicada al estudio y a la danza y es injusto que alguien que se entregue y se esfuerce de ese modo, sufra consecuencias trágicas a manos del gobierno…”
40. José Ángel Navarrete González de 18 años comparte una habitación dentro de la Normal con otros dos jóvenes, en la que no hay un solo mueble, ni siquiera camas, sólo pliegos raídos de hule espuma.
41. A Carlos Iván Ramírez Villarreal de 20 años le dicen “El Diablito” La verdad es que es bueno, no se mete con nadie, tranquilo, quiere ser alguien pero en buena onda, no payaso pues…”
42. José Ángel Campos Cantor de 33 años de Tixtla es el de mayor edad de los 43 normalistas desaparecidos. Aunque mayor nunca abusa de los demás, al contrario, apoya en todo, es amigo de todos…”
43. A Israel Caballero Sánchez originario de Atliaca, un pueblito a la mitad del camino entre Tixtla y Apango le dicen “Aguirrito” por gordito. Está preparándose para ser maestro en comunidades indígenas y cuando sus compas le dicen Aguirrito protesta: “No sean cabrones, no me pongan esa chinga…”
Ayotzinapa está destrozado. México está destrozado. Los alumnos de la Normal de Ayotzinapa conservan los tenis rotos de sus compañeros, su ropa, hasta los cartones que les sirven de cama. Esperan su regreso a pesar de que al extraordinario sacerdote Alejandro Solalinde, protector de los migrantes que ahora mismo celebra misa en Ayotzinapa, varios testigos le dijeron que los estudiantes habían sido asesinados, desmembrados y tirados a una fosa a la que le prendieron fuego. No hay respuesta suficiente entre crimen tan grande. La foto del estudiante del estado de México Julio César Mondragón al que le sacaron los ojos circula en Internet, su rostro desollado. Estamos ante una catástrofe nacional. En cinco estados hay protestas en apoyo a los 43 desaparecidos. México se desangra. La comunidad internacional está escandalizada y considera que México es ahora el país sin guerra más peligroso para los jóvenes. Jóvenes mutilados, jóvenes sin cuerpo, jóvenes asesinados. En el mundo entero resuena la indignación. La madre del estudiante de Guadalajara Ricardo Esparza que asistió al Cervantino de Guanajuato dijo que agradecía recibir el cuerpo muerto de su hijo para llevarle flores. ¿No resulta monstruosa su conformidad? O como se pregunta Gloria Muñoz Ramírez. “¿Hasta dónde ha llegado el terror implantado por el gobierno en el seno de la sociedad?” Frente al terror solo queda la unión de un pueblo que se levanta y grita como lo ha hecho durante días: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

lunes, 27 de octubre de 2014

Carlo Petrini: "Lima es una de las capitales del mundo donde se come mejor"

Carlo Petrini, el fundador de Slow Food.
Invitado de honor de la reciente feria Mistura de Lima, principal evento de la gastronomía latinoamericana, Carlo Petrini, el fundador del movimiento Slow Food, defendió el regreso a las fuentes originales de la cocina: los pequeños productores locales. El sociólogo italiano de 65 años destacó el patrimonio de biodiversidad que ofrece el continente, al mismo tiempo que celebró el trabajo de los chefs locales, como Gastón Acurio, que han creado un puente entre la cocina y la agricultura generando una nueva dinámica, que Carlo Petrini calificó de revolución gastronómica. En vísperas de Terra Madre, el evento bienal que se celebra en la ciudad italiana de Turín a finales de octubre, Petrini conversó con RFI. 

¿Podría recordarnos con qué objetivos nació esta asociación y el balance que usted hace, como presidente fundador, de estos veinticinco años de Slow Food?
Este movimiento nació aquí en París, en 1989, en una Asamblea constituyente con delegados de quince países. La idea era contraponer una filosofía que valoriza la diversidad de las culturas alimentarias respecto a la homologación y la uniformización. En 2004, junto a Slow Food nació Terra Madre, y la asociación se consolidó en países menos ricos, menos habituados a la gastronomía clásica. Nuestro espíritu cambió profundamente porque empezamos a interesarnos por la producción de alimentos, por la agricultura y el 'savoir faire ' del pequeño artesanado alimentario, más que por los grandes chefs y la gran cocina; lo que nos permitió llegar a más de 170 países. Ahora existe una red de unas seis mil comunidades que ha permitido desarrollar políticas ambientales y sociales, por ejemplo contra la injusticia que sufren las poblaciones indígenas o los trabajadores del sector alimentario. Y al mismo tiempo, acoger a los jóvenes que son sensibles a estas preocupaciones, más que a la gourmandise (glotonería), un aspecto que Slow Food también aborda, pero con menor importancia que a sus inicios.

Usted fue el invitado de honor de la reciente feria gastronómica Mistura de Lima en septiembre pasado, y también ha viajado en varias ocasiones a América Latina. ¿Cuáles son sus impresiones?
Mistura no sólo es una feria gastronómica de chefs, también participan más de 300 comunidades campesinas de todo Perú, en diez días recibe a más de medio millón de personas, un éxito impresionante. Puedo decir que hoy, Lima es una de las capitales donde mejor se come en el mundo, no sólo en la alta cocina. Uno de los artífices de esta revolución es Gastón Acurio, un chef que ha creado escuelas para formar a los oficios de la cocina a los jóvenes campesinos, lo que ha convertido a la gastronomía en uno de los principales sectores de la economía peruana, dentro y fuera del país. Un fenómeno único en el mundo. Para Slow Food, América Latina es estratégica para la cultura alimentaria del planeta, aunque lo que ocurre en América Latina, la vieja Europa no lo toma demasiado en cuenta y sigue mirándose el ombligo y planteándose la gastronomía como hace más de dos siglos. En América Latina ha nacido una verdadera revolución, grandes chefs se relacionan con los pequeños productores, con productos desconocidos como por ejemplo de la Amazonía. Están haciendo un trabajo extraordinario, poner en relación a la cocina con la agricultura es una revolución. Pero no sólo tiene un aspecto social, además es algo gastronómico, porque trabajan bien, de manera inteligente, mientras que aquí en Europa seguimos con una visión 'viejo estilo'.

¿Cuál es la posición de Slow Food frente al problema de la propiedad de la tierra y de las semillas?
Es algo que se manifiesta de forma diferente en cada país, es un gran problema donde existe el latifundio como en Brasil o Argentina... Pero tradicionalmente existen grandes comunidades campesinas, a veces en tierras muy pobres como en Perú. El trabajo que hacen es muy importante, porque viven en esas tierras y la transformación de una economía agrícola en una economía gastronómica da valor agregado a productos simples como las papas andinas. Los miles de variedades que conocemos de manera marginal se están convirtiendo en elemento de desarrollo e incluso de liberación. En Brasil el problema subsiste, porque al movimiento de los Sin Tierra, si bien ha dado pasos, le queda camino por hacer. El tema de las semillas es un gran problema porque el 80% de las semillas del planeta están en manos de cinco multinacionales, lo que significa que si no preservamos el 20% restante que está en manos de las comunidades como bien común, corremos el riesgo de que la agricultura desaparezca y que se convierta simplemente en producción de commodities. Pero surgen nuevas realidades, como bancos de semillas y organizaciones que defienden las semillas autóctonas y el intercambio entre campesinos como un bien común. Es un movimiento que crece y espero que del 20 % pasemos al 30 y al 40%.

¿Y qué piensa de los transgénicos?
La posición de Slow Food es muy clara, estamos en contra, aunque estoy convencido de que la biotecnología realiza enormes progresos y tal vez dentro de un tiempo tengamos productos que no sean ni invasivos ni destructivos. Pero actualmente no es posible y debemos aplicar el principio de precaución. Recuerdo perfectamente al DDT y otros productos químicos que, supuestamente, iban a salvar a la humanidad y lo pagamos muy caro con la contaminación.

Los fabricantes de transgénicos argumentan que buscan terminar con el hambre...
Esa es una gran mentira, porque son las pequeñas comunidades las que salvan al mundo del hambre, como por ejemplo en África, no la salvan las grandes explotaciones agrícolas transgénicas. Y eso lo ha comprendido incluso la FAO, que finalmente el hambre la combaten las comunidades y la agricultura familiar, de la cual éste es el año mundial.

Actualmente hay un interés creciente por la cocina y la gastronomía por parte del público y los medios de comunicación. ¿Cree usted que es algo positivo?
Sí, pero hay una gran contradicción, una verdadera esquizofrenia entre el aspecto mediático de la gastronomía y la realidad desastrosa de la agricultura. Continuar con la droga mediática de la alta cocina de los chefs y de las recetas, mientras alrededor nuestro desaparecen variedades genéticas de frutas y verduras, los campesinos son maltratados y el despilfarro de alimentos alcanza proporciones enormes, para mí es una esquizofrenia, y nosotros debemos salvar al mundo de esta esquizofrenia.
Video:
Carlo Petrini : en América latina ha surgido... por Orlando_Torricelli Por Orlando Torricelli.

jueves, 23 de octubre de 2014

Truth and Justice for the Women of Guatemala

El siguiente video sobre "Verdad y Justicia para las Mujeres de Guatemala" muestra lo que las mujeres víctimas de violencia sexual durante el conflicto, están enfrentando por alcanzar justicia en Guatemala.


Video (versión inglés y español): 


Truth and Justice for the Women of Guatemala from Women's Link Worldwide on Vimeo.

martes, 14 de octubre de 2014

Noam Chomsky: "Estados Unidos cambiará postura ante Palestina, cuando la sociedad civil presione"

Para alcanzar un acuerdo que termine con la ocupación Palestina y dé lugar al establecimiento y reconocimiento universal de ese Estado, uno de los objetivos de los líderes palestinos debería ser dirigirse a la población estadounidense.

Así lo afrimó hoy Noam Chomsky, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts durante una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York, donde participó en un evento especial del Comité sobre el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino que tuvo lugar en la Asamblea General. 

El reconocido académico consideró que los palestinos no tienen muchas opciones morales además de resistir la ocupación. "Creo que no habrá progresos significativos en este conflicto hasta que la presión de la población induzca al gobierno a tomar una postura diferente", dijo.

Recordó que movimientos nacionalistas del pasado como el de Vietnam, Nicaragua o Timor Leste entendieron la importancia de conseguir apoyo y solidaridad de la sociedad civil estadounidense para influir en los cambios en la política exterior de su país.

En este contexto, se refirió al voto del Parlamento Británico a favor del reconocimiento del Estado Palestino como un ejemplo de las medidas que se pueden tomar para presionar a los gobiernos a acelerar la solución del conflicto.

Con respecto al papel de la ONU en la búsqueda de un acuerdo que concrete el plan de dos Estados en convivencia pacífica, Chomsky aseveró que, pese a los estrechos límites que le imponen las potencias, siempre hay opciones abiertas para el liderazgo del organismo mundial y señaló que Naciones Unidas ha hecho lo que ha podido.

Por otra parte, el profesor habló del discurso estadounidense sobre la democracia en Medio Oriente, recordando que las primeras elecciones verdaderamente libres en la región tuvieron lugar en los territorios palestinos en 2006, cuando Hamas consiguió la victoria, obteniendo como respuesta el castigo inmediato a los palestinos.

“Todos piden la democracia, Stalin llamó a la democracia, todo mundo adora la democracia, pero solo cuando da los resultados que queremos y eso se ha demostrado una vez tras otra”, puntualizó

Asimismo, Chomsky indicó que la política de las potencias occidentales hacia Palestina es parte de un juego de intereses en el que los palestinos no ofrecen nada ni tienen poder, por lo que tampoco tienen derechos.
Video:


13 de octubre de 2014.

lunes, 13 de octubre de 2014

Cine brasileño: "Os dias com ele"

VII Semana del cine brasileño comenzó con la presentación de la película - documental: "Los días con él" de la directora María Clara Escobar, presentada por ella y en presencia de el embajador de Brasil en el Perú, Carlos Texeira. 

"Os dias com ele" ganó el premio a la mejor película en la 16 Muestra de Cine de Tiradentes. “Los días con Él” (2013) descubre la historia casi desconocida del padre de la directora: Carlos Henrique Escobar, un intelectual brasileño, preso y torturado durante la dictadura, quien guarda silencio desde entonces.

Lo mejor del cine brasileño de los últimos años permanecerá hasta el 18 de octubre en el Centro Cultural PUCP e ingreso es gratuito.

Me encontré con la directora, María Clara, en un bar conocido en Barranco, y le pregunte si luego del documental sentía que había logrado conocer a su padre, dijo que no y que ahora tenía más preguntas. Hablamos sobre el proceso de la Comisión de la Verdad en Brasil, me dijo que aún estaba en proceso y que no todas las voces y sucesos están representados en ésa comisión, que aún la sociedad no se apropia de ésa investigación y que aún falta mucho por sensibilizar.

Aquí, el documental completo: